Fuiste
fiscal, juez, jurado y verdugo en nuestra historia
Sacando conclusiones tópicas y demagógicas,
Mintiéndote
a ti misma y a todo el que preguntaba
Diciendo que
no me amas, que estás equivocada.
Y el garfio
enganchado en tu propio corazón
Cómo venía
siendo lógico, me dio la razón,
De que soy
lo más correcto, en este mundo de locos,
De que Dios
nos creo al uno hecho para el otro.
Y aunque
estudiaste el proceso cognitivo
Que tachaba
de ilógico un amor tan escondido,
Como marcas
de fuego, mi nombre en tu conciencia,
No es
sensato escapar de este tiempo de guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario