Te vi el
domingo con la sonrisa adornando tu cara
Y mis ojos
exhumando cadáveres inexistentes,
Te vi
prendida de una luz extraordinaria,
Y me vi
deseando morir para quererte.
Y en tus
manos encierras tantas maravillas
Que ni tú
misma conoces y no se dejan mostrar,
Y amándote creciendo
y regando la semilla,
Que una vida
entera no logrará matar.
Me vi con
las manos acariciando este teclado,
Y tú con tu
mirada que habla de ilusión
Y tus jeans,
tus lentes y tu camisa de cuadros,
Que hermosa
sencillez desprendes, corazón
Quisiera
comer de tu boca y beber de tu piel,
Acompañarte al
cine y hablarte de amor,
Callarte con
mis labios en tu boca de miel,
Cantarte diariamente
una nueva canción.
Te amo
porque callas, porque gritas si hace falta
Porque conviertes
lo sencillo en bello
Y lo pequeño
en maravilla.
Te amo
porque sabes penetrar en este alma,
Porque sin
tu mirada brilla menos el cielo
Y la poesía
pierde la rima.