Si soy un
prenda, un trepa, un perdido
Es mi gloria
y mi castigo, mi destino, mi ruina
Mi cuarto de
siglo de rutina,
Vidrio en
las venas, sangre en los nudillos…
No quieras
sacar la rabia que tengo guardada
En el fondo
de un alma, malacostumbrada, por las calles manchadas.
Sigo
buscando la calma que me ha sido negada,
Sigo con
sobredosis de sabiduría estancada.
Poniendo sístole
tras tu diástole de tormenta.
Estoy en la
escena, lejos de tu conveniencia,
Sin miedos,
penas, llantos, sollozos o quejas.
Hago girar
la rueda de esta puta miseria.
Y tú que me
querías sacar por la puerta de atrás
Vendiste tu
alma, convirtiéndome en Satán
Y hoy la ira
que fluye que te estampa en la cara,
No puede
ocultar el fuego de esta mirada.
Oculta tras
las mentiras de filosofía barata
Huyendo de
sentimientos y puterío de ratas,
Si soy
grosero, rudo, romántico, colérico,
Histérico en
la sombra de un sentimiento geométrico.
Por negar
que somos uno nos convertiste en el dos
Infinito por
el cosmos de un solo corazón,
En tu
escondite de mentiras y debajo de tu falda
Convencida de
mentiras de cuarenta y dos pulgadas.