Cerré los ojos y me lancé a la mar, por vela llevaba tu recuerdo y el viento templado del norte me elevó suave, despegando del agua mi barco, hecho de recuerdos y de sueños. El cielo me deja sin habla con su azul marino dejando que algunas estrellas madrugadoras se asomen bajo su manto... y allí estas tú, vestida de un rojo melancólico, tu pelo danza a merced del viento y en el intenso café de tu mirada se dibuja una lágrima fugitiva, lanzando un destello azul que se me clava en el pecho, me pregunta ¿hasta cuándo?, ¿cuándo vendrás a rescatarme de este valle sembrado de angustia y de dolor?
Y siento como suenan tus cadenas, veo al sur la llave y levanto la mano para intentar cogerla, pero cuanto más me acerco, más se aleja y se ríe burlona, y yo miro hacia donde tú estás, despidiéndote con la mano, deseándome suerte. Tanto perseguí la llave de tu cadena, que te perdí en el horizonte.
Y en mi pecho se clava la desolación de saberte lejos, y yo suspendido en el aire, en un barco hecho de sueños, musitando el último "te amo" bajo el púrpura del cielo.... dejándome caer de nuevo, esta vez más profundo... donde nadie pueda encontrarme, donde soñaré que al pasar la página de este cuento, te encontraré vestida de ilusiones, como en mis sueños, susurrandome tu amor en el silencio. Tú eres mi roca y yo soy tu espada, juntos nadie podrá derrotarnos, lo sé desde el día que tu foto taladró mis pupilas, cuando aún estaba perdido, ¿hace cinco años tal vez?
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