miércoles, 3 de diciembre de 2008

Arrogancia

Albergado en el silencio,
Gimo ahogado otro reproche,
Que nadie atenderá,
Solo la indiferencia de la noche.

Y vuelvo a los quehaceres cotidianos,
Arropado por mi febril arrogancia.
Con el paladar envenenado
Del candor de su fragancia.

Sé cómo huele,
Cuánto mide...
El color de su pelo,
De sus ojos.
Pero ignoro el sabor de su boca contra la mía
Y cómo se refleja mi rostro en sus pupilas.

El propio hilo de la indiferencia,
Me forzó a navegar en estas aguas.
Para abrigar con adornadas palabras
Un alma que se ahoga en la nada.

Y encerrado en mi propia arrogancia,
Voy delineando nuevos versos,
Para esculpir peregrinas esperanzas
De perderme en la humedad de sus besos.

Haber escrito estas palabras tan extrañas
Es otra prueba de mi insensata arrogancia.

No hay comentarios: