Días
aciagos, perdidos, enfermos, inconexos
Detrás de la
misma sonrisa, más fingida que nunca,
Me escondo detrás
de tu gélida armadura,
De mentiras,
olvidos, angustias y veneno.
Lo que no se
encadena, como siempre, es el amor
Y sueño con
tu amor pintando nuevos horizontes,
Y sueño con
canciones nuevas que mitiguen el dolor
De pensar en
tus palabras, que me duelen como azotes.
¿Y qué hago,
si de amarte me he llenado de ilusiones?
Caminando
tras las letras de tu nombre,
Planeando
ondear el llanto cual bandera de colores,
Para seguir
siendo la falsa realidad que se esconde…
Lo que no se
encadena, hoy grita desesperado
Mascullando
un” te amo” de sabor envenenado,
Que me crea
un laberinto de dolores familiares
Con un fin,
del cual solo tú tienes la llave.
Y hoy que
camino entre espinas oxidadas
Sigo mirando
en tu rostro las mismas coordenadas,
Que me
gritan el cariño que ocultaste tras el miedo
De seguir
siendo quien eras, la realidad de los sueños.
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