Tu mirada encabronada,
Pide paz y yo la espada,
Y planeamos la escapada
De una vida enrevesada.
Enamorada,
Hastiada,
Desterrada,
Abandonada.
Despejada,
Ultrajada,
Envenenada…
Pedimos explicaciones al destino
Que ha venido
A darnos cuentas de los males cometidos,
A prometernos nuevos caminos,
A poner más ritmo en el sentido del olvido.
Miradas que matan,
Miradas que atan,
Miradas que arrastran,
Miradas que calan.
Miradas que a pesar de ser pesadas,
Envuelven de estupor cada mañana.
Desde que nací
Nunca pude concebir
El sabor de ser feliz,
El coraje de vivir,
Cúlpame a mí,
Porque es así,
Me perdí,
Sin saber que decir.
Comprendo que tengas que seguir
Mirándome así.
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