No es que mi
talento sea especialmente enorme,
Es que así
mis sentimientos pueden alcanzar un orden,
Ahora es un
fantasma, el amor de mis amores
Y solo bajo
mi pecho surgen sus apariciones.
Otra vez
besando la boca de la botella,
Otra vez
llorando, otra vez por ella,
Que, ignorante
de mis ojos convertidos en cascadas,
Sonríe sin
saber que tras de mi se fue su alma.
Y yo
posponiendo enfrentarme a mi desdicha
Poco a poco
voy borrando de mi mente su sonrisa
Para no
morir de angustia al imaginar este futuro
Que me asquea
al comprender que no estará ligado al suyo.
Puede que
esta carga sea demasiado grande
Para un
corazón que todavía está en pañales
Pero el arrepentimiento quemará sus mejillas
De agua, sal
y fuego al comprender la pesadilla.
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