Te juro que
en esta ocasión
Debería
levantar la mano para pedir perdón,
Porque un
hombre como yo, que nunca llora,
Está inundando
de lágrimas las horas.
Me estoy
ahogando con el humo de este cigarrillo
Acorralado por
los fantasmas que dejaste con tu olvido.
Y quisiera
vaciar mi cabeza de memorias
Que vuelan
hacia ti como gaviotas.
En vano
conservaba un cálido recuerdo,
Retrasando,
en sangre viva, el final del cuento,
Que los
pasos solitarios por estas costas
Confirmaban el
amargor de mi derrota.
Y la lluvia
sin piedad mojando mi cuerpo
Con sus
gotas paralizan el momento,
De decir que
te perdí, que no tengo
De decirte
una vez más cuanto te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario